Costoso le resulta a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) obsequiarle energía eléctrica a sus trabajadores de confianza y sindicalizados.
Anualmente, la compañía entrega a catorce mil trescientos diecinueve empleados de confianza y cincuenta y ocho mil ciento uno sindicalizados el equivalente a mil quinientos cuarenta y ocho punto ocho millones de pesos en dos mil dieciocho, como una parte de la cláusula sesenta y siete del contrato colectivo de trabajo actual entre CFE y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM).
En el documento se establece un suministro gratis, como prestación, al equivalente de trescientos cincuenta kilowatts-hora (kwh) mensuales a cada trabajador, así sea de base o bien de confianza —dato al cierre de 2018—.
La Gerencia de Relaciones Laborales de la Dirección Corporativa de Administración de la CFE descubrió que en el primer mes del año del año en curso, el desembolso por la electricidad entregada, sin embargo no cobrada, sumó mil trescientos veintiséis millones de pesos.
Se trata de una histórica prestación que data de hace cuarenta y cinco años, pues fue pactada “desde el primer contrato colectivo de trabajo para el periodo 1974-1976”, si bien existen antecedentes de exactamente la misma desde los albores de la industria eléctrica, apunta la compañía productiva del Estado en su portal web.
Algo afín ocurrió con la extinta Luz y Fuerza del Centro, que en la cláusula noventa y cuatro de su contrato dos mil-dos mil uno contemplaba el pago a sus trabajadores temporales, asimismo por el equivalente a trescientos cincuenta kwh al mes.
La cantidad de energía eléctrica concedida gratis a los setenta y dos mil cuatrocientos veinte trabajadores de base de CFE representa una residencia por empleado, con independencia del número de habitantes de exactamente la misma.
El monto de recursos que deja de cobrar CFE se entrega en efectivo y especie.
En los lugares en los que existe red de distribución de la compañía, la ayuda a cada trabajador de base es el suministro del fluido eléctrico por trescientos cincuenta kwh mensuales, o sea, en especie. En tanto, en los sitios en los que no existen redes de distribución, CFE entregará a sus trabajadores una ayuda equivalente al costo de trescientos cincuenta kwh mensuales, o sea, en efectivo por medio de su recibo de nómina.
En nuestros días, conforme con la información proporcionada por la Gerencia de Contabilidad de la compañía vía la Plataforma Nacional de Trasparencia, prácticamente 4 de cada diez trabajadores de la CFE reciben esta prestación en efectivo, y los sobrantes, como electricidad para sus residencias.
En dos mil dieciocho, por poner un ejemplo, se entregaron quinientos ochenta y dos millones quinientos tres mil pesos en efectivo como una parte de la prestación prevista en la cláusula sesenta y siete del contrato.
Otros novecientos sesenta y seis millones doscientos ochenta mil pesos fue energía eléctrica entregada al personal en especie hasta por trescientos cincuenta kilowatts-hora mensuales.
Para enero del año en curso, el pago en efectivo fue de cincuenta y uno millones trescientos trece mil pesos y el equivalente en electricidad fue de ochenta y uno millones 315 millones.
Los números proporcionados por la Gerencia de Relaciones Laborales de la Dirección Corporativa de Administración de CFE se refieren solamente a los trabajadores activos, con lo que no mienta los montos relacionados con los cuarenta y nueve mil doscientos treinta y tres retirados, quienes asimismo reciben ese apoyo.
El contrato establece que en el caso de los retirados, “tal concepto no se incluirá en sus pensiones”.
La decisión de entregar fluido eléctrico por el equivalente a 350 kwh se debe a que este volumen resulta suficiente para cubrir las necesidades de una vivienda promedio con aparatos electrodomésticos.
De hecho, el contrato colectivo de trabajo en su cláusula 67 especifica que la energía eléctrica que se proporciona será exclusivamente para el hogar del trabajador, se utilizará en alumbrado, calefacción y fuerza, y no podrá ser revendida ni utilizada por personas que no vivan con el empleado, ni para usos comerciales.