Aunque la generación distribuida de energía por la parte de hogares y comercios a través de paneles solares se sostiene en desarrollo en México, todavía se halla bajo el potencial del país por la inseguridad que existe en torno a los ingresos que van a poder percibir quienes produzcan en el esquema de net billing o bien facturación neta, ante el que se prosigue un juicio de amparo interpuesto por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Víctor Ramírez, director de la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES) explicó a El Economista que pese a que el net metering —que es el esquema a través de el que se calcula cuánto se inyecta a la red para descontarlo del consumo, en energía— sostiene un desarrollo de cien por ciento anual, todavía es bajo, pues no se han podido aprovechar las otras modalidades que estimulan la generación.
Pese a que hace ya un año (el ocho de marzo del dos mil diecisiete) se publicaron las Disposiciones Administrativas de Carácter General en la materia, en las que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) acotó 3 modalidades de contraprestación: medición neta de energía en que se descuenta la inyección del consumo (net metering); facturación neta, en que se paga el precio más asequible por zona en efectivo por la inyección de electricidad a la red (net billing), y venta total de energía entre privados a este precio marginal local, solo aumentan las instalaciones de net metering y los proyectos de los otros 2 esquemas prosiguen atascados.
Ello merced a que, en sus disposiciones con rumbo al cumplimiento de los compromisos internacionales del país en materia de generación renovable, la CRE ordenó a los compradores abonar un precio competitivo por la energía generada de forma distribuida, con base en los tabuladores geográficos del país. Entonces, la CFE como comprador de la energía para su suministro consideró demasiado alto el cálculo tarifario de la CRE y se protegió.
“Ha sido un proceso largo que finalmente puede dar pie a la creación de tribunales especializados en materia energética”, expresó el secretario ejecutivo de la ANES.
En el dos mil quince, México tenía una capacidad instalada de ciento diecisiete mil quinientos treinta y nueve kilowatts con dieciséis mil novecientos ochenta y cinco contratos registrados ante CFE de generación distribuida; para el dos mil dieciséis se alcanzó la cantidad de doscientos cuarenta y siete mil seiscientos cuatro kilowatts, lo que se tradujo en veintinueve mil quinientos sesenta convenios, y para finales del dos mil diecisiete se tenían registrados cincuenta y siete mil doscientos setenta y siete contratos y cuatrocientos mil trescientos noventa kilowatts en capacidad instalada, todo en net metering.
En el país la radiación solar en promedio es de cincuenta y cinco kilowatts por hora al día por metro cuadrado, prácticamente el doble de lo que recibe Alemania; no obstante, Alemania se halla entre los países con mayor capacidad instalada tanto en generación distribuida como en grandes parques con más de cuarenta y tres gigawatts instalados, mientras que en México la capacidad es de menos de dos gigawatts.